ESTUDIO PRIMERA DE JUAN CAPITULO 2 parte A

CAPITULO 2 parte A

Versículo 1

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.

Siempre tenemos que tener en cuenta en lo más profundo de nuestro corazón, que verdaderamente Dios aborrece el pecado, debemos entender que la razón por la que Cristo vino a la tierra fue para quitar el pecado de los corazones de los hombres y para llevar el castigo que ese pecado conllevaba, por esta razón el deseo más grande del corazón de Dios es que como sus hijos no pequemos, para que con libertad nos podamos acercar a disfrutar de una íntima comunión con el padre, esto es algo que solo pueden disfrutar sus hijos por eso mismo Juan nos llama hijitos, pues esto no es para los del mundo por esa razón Juan conocía esta verdad, he aquí su empeño en animarnos a alejarnos del pecado, uno de los más grandes propósitos de esta carta es precisamente ese, y considero que no solo de esta carta sino de toda la biblia y es que no pequemos, debemos entender que no es simplemente un deseo de un cristiano, como algo difícil de alcanzar, sino que por el contrario Dios mismo nos ha dado las herramientas para poder vivir en santidad, tenemos el Espíritu Santo dentro de nosotros, que por él podemos hacer morir a todas la obras de la carne,(Romanos 8:13) tenemos la sobreabundante gracia de Dios para vivir por ella cada día, y su poderosa palabra que nos limpia y nos guía, por esto y por mucho más creo que como Cristianos si es posible andar libre del pecado, ahora esto no quiere decir que en algún momento de nuestra vida caigamos y pequemos, pero debemos de entender esto, la santidad debe ser la regla de nuestra vida, y el pecado la excepción, porque muchas veces pareciese que fuera lo contrario, y aun en esos momentos de debilidad cuando pecamos,
Dios no nos deja solos, envía nuestro abogado defensor para interceder por nuestra causa. ¿Porque necesitamos un abogado? Primeramente debemos entender que todo pecado es una falta contra la ley de Dios y ellos trae una consecuencia, es decir una deuda que es necesario cancelar de allí el versículo que dice Romanos 6:23 la paga del pecado es muerte y aunque no nos guste eso se aplica también a los cristianos, pero la buena noticia es que no estamos solos delante del Juez Justo (amoroso pero justo) sino que tenemos alguien que defienda nuestra causa, es decir alguien que se puede compadecer de nuestras debilidades, porque fue tentado así como nosotros: Hebreos 4:15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Y es por esta compasión que tiene hacia nosotros que intercede ante el Padre, para abogar por nuestra causa, ahora no es que él Padre pasa por alto nuestros pecados simplemente, sino que una vez más la sangre del abogado es expuesta para recordarnos que por esa misma sangre nuestros pecados están cubiertos y la deuda está pagada, por esta razón la biblia dice: Efesios 1:7 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia, y todo sucede cuando confesamos nuestros pecados y reconocemos nuestras fallas delante de él 

Versículo 2

Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.

Para entender este versículo debemos conocer que significa la palabra propiciación, en un sentido muy simple aplicado al antiguo pacto, hacía referencia al sacrificio de un animal cuyo propósito era aplacar la ira de Dios por el pecado, entendiendo esto podemos darnos cuenta que tan importante es, porque vemos que ciertamente el pecado del hombre provoca la ira de Dios, una ira que tiene que ser aplacada, ya sea con la muerte de aquel que cometió el pecado o en su defecto un substituto que tome su lugar, ¿porque es esto? Pues Dios mismo decreto que la paga del pecado es muerte Romanos 6:23, y este versículo precisamente lo que nos muestra es que Jesús fue ese quien se entregó en sacrificio para pagar el precio por nuestros pecados y así aplacar la ira de Dios. Por esta causa el Apóstol Juan nos recuerda esto tan importante, para que siempre tengamos firme en nuestro corazón la convicción de que por el sacrificio de Jesucristo en la cruz nuestros pecados pasados presentes y futuros han sido perdonados, y así acercarnos confiadamente al trono de la gracia para alcanzar la misericordia, que fue mostrada por nosotros en la cruz y recibir el perdón de nuestros pecados.
Este pasaje nos muestra algo sumamente importante y es que el sacrificio de Jesucristo no fue solamente por los que creemos en él sino por los de todo el mundo, esto nos muestra la inmensidad del amor de Dios, que aun así entrego a su hijo para morir por aquellos que nunca iban a creer en él, no podemos decir que el sacrificio de Jesús ha sido en vano y hasta muchos creen que ha sido un fracaso, pues según la biblia sabemos que: Mateo 7:13-14 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Según este pasaje serán más los que se condenan que los que se salvan, pero eso no quita el hecho de que Dios triunfe, al ver que toda la humanidad estaba condenada al infierno por el pecado inevitable de sus vidas, salvar milagrosamente a millones de millones entre ellos asesinos, ladrones, violadores, lo peor de lo peor, muestra la grandeza y la victoria de nuestro Dios, este versículo también nos muestra la responsabilidad humana, (sin entrar en discusiones Calvino-Arminianistas) Pues Cristo murió por toda una humanidad pero del hombre depende si hace caso a la convicción del Espíritu y la palabra que tiene poder para salvarlo y arrepentirse y creer genuinamente en Jesús como su Señor y salvador, Pues el mismo Jesús dijo “Todo aquel que cree será salvo y el que no cree será condenado” nótese que dice “Todo Aquel” y eso significa que todos tienen acceso a la salvación (sé que muchos se preguntaran ¿y que de los escogidos, de la predestinación?, aclaro, también creo en la elección de Dios, ¿cómo se complementan estos dos conceptos bíblicos? pues no lo sé, si en más de 500 años no han podido ponerse de acuerdo, no pretendan que yo sí puedo, pero algo si digo, los dos conceptos son sustentables bíblicamente) Creo que nuestra función como iglesia no es ver quien si puede ser salvo y quien no, quien es predestinado y quien no, nuestra labor es predicar el evangelio completo de la fe y la gracia de Jesucristo a toda criatura pues el sacrificio de Jesús fue por los pecados de todo el mundo y sobro todo de Dios pero también de cada persona depende quien se salva y quien no.

Versículo 3

Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.


Al chocarnos con este versículo nos encontramos con unas verdades encontradas, las cuales nos llevan a hacernos varias preguntas, que resolveremos más adelante, pero el punto principal de este versículo es el hecho de cómo podemos comprobar si verdaderamente conocemos a Dios y que implicaciones lleva el conocerlo, según este versículo la prueba más grande de nuestro conocimiento de Dios está en el guardar sus mandamientos, sabemos que la frase “guardar sus mandamientos” implica muchas cosas, pero lo vamos a simplificar. Alguna vez se le acercaron a Jesús a preguntarle cual era el más grande mandamiento  Mateo 22:37-40  Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. Básicamente Jesús está diciendo que el resumen de la ley, es decir, de los mandamientos de Dios, está en Amar a Dios y al prójimo, ¿por qué podemos considerar estos dos mandamientos como el resumen de la ley?, el mismo apóstol Pablo nos da las razones de esto: Romanos 13:9-10  Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. En verdad lo que Juan nos está diciendo es que si no hacemos estas dos cosas, estamos demostrando que no conocemos al Padre, la pregunta que surge aquí es, ¿ese no conocer al Padre está hablando de una persona no salva, o de alguien que no ha madurado espiritualmente? En mi opinión personal considero que se trata de los dos, algo que a muchos parecería imposible, ya que simplemente uno es, o no es, pero si lo vemos desde un sentido literal podemos determinar que alguien que no guarde estos dos mandamientos es porque no ha nacido de nuevo, es decir, no conoce a Dios, pero si lo analizamos en un sentido más contextual con la carta y con el resto de la biblia nos damos cuenta que como cristianos muchas veces fallamos en estos dos mandamientos, aunque procuramos guardarlos, pienso yo, no alcanzamos esa perfección que Dios demanda, pero no podemos tomar eso como excusa para decir que nunca podremos guardar estos mandamientos, al punto que voy es que verdaderamente Dios quiere que guardemos sus mandamientos, pero para que lo logremos es necesario conocerlo en verdad, no sé si es muy atrevido de mi parte pero creo que esta versículo también lo podemos decir así “si verdaderamente le conocemos, guardaremos sus mandamientos”. Siempre he creído algo en mi vida, que entre más lejos estemos de Dios más cerca estaremos del pecado y entre más cerca de Dios más apartados de la maldad, este versículo es para que examinemos si estamos en él, para que miremos nuestras acciones, primeramente ante Dios y luego ante los demás y que ese sea el termómetro que nos muestre que tan cerca o que tan lejos estamos de la comunión con Dios y de verdaderamente conocerlo.


Versículo 4

El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;

Este versículo nos muestra que es posible que muchas personas que digan profesar una fe en Jesús, en verdad no lo conozcan, hoy en día en la iglesia del Señor estamos sufriendo una crisis, con el auge de muchas mega-iglesias podemos decir que miles de personas están corriendo a llenarlas, mucho lo considerarían un avivamiento, pero si lo miramos más detenidamente podríamos estar cayendo en una muy peligrosa condición, con el afán de que las sillas se llenen (y de paso la bolsa de las ofrendas) muchos pastores no se dan cuenta de la condición espiritual de las personas, (no estoy en contra de las iglesias grandes, creo que muchas son una bendición y aclaro esto pasa también en iglesias pequeñas).
Si hay un momento de la historia, en que este versículo es una realidad, es este, muchas personas dicen conocer a Jesús, pero en su conducta lo niegan totalmente, “cristianos” en bares, en cantinas, discotecas, (y aunque suene escandaloso e increíble) en prostíbulos, embriagándose, viviendo en fornicación y adulterio, atados a vicios como el cigarrillo, marihuana, cocaína y ni que decir de los pecados ocultos que nadie mira como la pornografía y la lujuria, muchos andando en rencores y odios los unos contra los otros, peleas disputas, entre muchas cosas más. No me levanto como juez ya que posiblemente esté en algunos de esos pecados, pero lo más aberrante del asunto es que son personas que no tienen ni el mínimo cargo de conciencia ante Dios, solo les preocupa no ser descubiertos por los hombres, guardar su reputación ante la iglesia y los demás, se sienten cómodos con el pecado, se deleitan en él, y lo vergonzoso del asunto es que cada domingo o en los días de reuniones de la iglesia se sientan en una silla, levantan sus manos en inmundicia a ofender a Dios ya que eso no es adorar, llevan su biblia, están atentos a la enseñanza pero sus corazones lejos de ella y al salir se bufanan de lo edificante que fue el servicio, de lo hermosa de la alabanza, pero siguen sus vidas sumergidas en el pecado y lo peor de todo en el engaño propio, ya que piensan que por asistir a una iglesia, son menos pecadores que los impíos del mundo, y que por este hecho están bien delante de Dios. Creo firmemente que a ellos es a los que el apóstol Juan se refiere cuando escribe: los que dicen conocer a Dios pero que en lo más mínimo quieren obedecer a lo que él dice, ellos son mentirosos y la verdad que es Cristo no está en ellos. Sabemos que todos fallamos aun siendo cristianos, pero el pecado para un verdadero hijo de Dios, es lo peor, jamás se deleitara en él, nunca encontrara satisfacción plena en el pecado, un verdadero hijo de Dios cuando peca, correrá a los brazos del Padre confesando sus pecados en arrepentimiento, pidiendo ser limpiado. Es hora de preguntarnos ¿cómo estamos nosotros?

Versículo 5

Pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. 

Este versículo nos muestra el contraste entre un verdadero hijo de Dios y el que no lo es, guardar la palabra de Dios hace referencia a obedecer sus mandamientos manifestándolo en el amor primeramente hacia Dios y luego hacia nuestros hermanos, este versículo nos dice que alguien que verdaderamente guarda su palabra, el amor de Dios se ha perfeccionado en él, ¿Qué quiere decir esto? Para que algo llegue a ser perfeccionado tuvo que pasar por el proceso de perfección, de la misma manera pasa con nosotros, cuando entendemos que en el momento del nuevo nacimiento el amor de Dios fue derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado (Romanos 5:5) vemos que la semilla del amor de Dios fue sembrada en nuestros corazones, por eso ahora podemos amar sinceramente a Dios y a nuestros hermanos, antes cuando estábamos sin Cristo nos era imposible por nuestra naturaleza pecaminosa, que aborrecía a Dios y procuraba el mal de los demás, pero  ahora esa semilla del amor de Dios está en nosotros, y como toda semilla, ella debe ser regada y cuidada para que crezca, pienso que el amor tanto como la fe es un musculo, entre más lo ejercitemos y lo usemos más crecerá y más fuerte será, cuando por la gracia de Dios empezamos a amar a Dios en adoración en comunión íntima con él, conociéndole en su palabra y en el secreto, esa semilla de amor inicial se va perfeccionando, cuando amamos a nuestros hermanos, cuando nos preocupamos por sus necesidades, cuando en vez de buscar dañarlos, buscamos bendecirlos, cuando somos tolerantes, los soportamos y perdonamos, esa semilla de amor se va perfeccionando en nosotros, podemos concluir que al poner por obra la palabra de Dios, el amor de Dios se hace más tangible en nuestras vidas, y es el caminar de esta manera lo que nos da confianza de que verdaderamente somos hijos de Dios y tenemos la vida eterna.


Versículo 6

El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.

Una vez más la palabra de Dios nos da una advertencia muy seria en cuanto a nuestro andar con Dios, no basta con decir que soy un buen médico, tengo que demostrarlo al momento de dar un buen diagnóstico, mi buen desempeño en un momento determinado, manifiesta verdaderamente quien soy y que cualidades tengo, muchos en la iglesia se bufanan de muchas cosas, de tener ciertos dones y talentos, es mas muchos de los que asisten a las iglesias, se jactan de un cristianismo que es totalmente ausente en sus vidas, a lo largo del estudio de esta carta, podemos concluir algo, que no basta con simplemente decir, tenemos que ser, es decir, nuestras acciones y manera de vivir van a manifestar al mundo si verdaderamente somos hijos de Dios, o solamente unos hipócritas, el sentido práctico de este pasaje podemos decir que, aquel que verdaderamente permanece en Cristo, el que le busca cada día en oración, en adoración, aquel que continuamente se deleita en la palabra, pero nótese bien, dice “el que permanece” no es aquel que un día sintió cargo de conciencia y fue y oro, pero no más, o aquel que lee la biblia porque está atravesando por una crisis y necesita respuesta, pero después se olvida de la palabra, si notamos aquí se está refiriendo a los que continuamente andan en él , a aquellos que permanecen constantemente en su presencia, son ellos y solo ellos los que, van andar como Jesús anduvo, ¿y cómo anduvo Jesús? No solo Jesús anduvo en santidad y comunión con el padre, solo basta con echar un vistazo en la vida de Cristo para ver que su andar fue sobrenatural, se enfocó en: Predicar y enseñar la palabra, si decimos que permanecemos en él debemos también, predicar y enseñar la palabra, esto no quiere decir que todos nos tenemos que volver predicadores de pulpito para hacerlo, tenemos que enseñar y predicar la palabra en nuestras casas, a nuestros hijos, porque no decirlo, a nuestros padres, en el colegio, en la universidad, en el trabajo, en la calle, en todo lugar donde tu pienses que Jesús lo haría, pero nota que él no solamente predicaba, el también, oraba por los enfermos y estos sanaban, echaba fuera demonios, y muchas otras cosas sobrenaturales, quiero que sepas que cada hijo de Dios, no solamente puede, sino que debe andar en esta dimensión de poder que anduvo Jesús, es momento de reflexionar y mirar, que tanto de esto hay en nuestras vidas, en qué nivel estamos, ya que si por lo menos no estamos buscándole con todo el corazón para que todas estas cosas se hagan una realidad en nuestras vidas, no estamos andando como él anduvo.

Versículo 7

Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio.

Sin ponernos a sumergirnos en detalles teológicos en cuanto a este verso, miremos la simplicidad que Juan nos habla aquí, revisando el contexto tanto anterior como posterior, nos damos cuenta que al mandamiento antiguo que está haciendo referencia es Levíticos 19:18  No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.  Dado el origen de este mandamiento podemos darnos cuenta que tan antiguo era, el problema para los Judíos es que ellos malentendieron este mandamiento tan importante en la ley, pues ellos únicamente consideraban como su prójimo a sus familiares y amigos más cercanos y solamente a ellos los consideraban dignos de amar, pero a todos los demás, se sentían con el derecho de ser indiferentes y aun hasta odiarlos, basándonos en esto podemos decir que nada nuevo nos estaba diciendo Juan e inclusive Jesús, pues este era un mandamiento dado por Moisés en la ley.

Versículo 8

Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.

Uniendo este versículo con el anterior podemos seguir mirando que era lo que el Apóstol Juan nos quería decir, entendiendo que el significado y el valor del mandato de amarnos los unos a los otros que había sido terriblemente mal entendido, cuando Jesús viene a la tierra, este mandamiento toma el valor real, eso lo podemos comprobar en la parábola del buen samaritano (Lucas 10:25) aquí Jesús le habla a un fariseo que le pregunta quien es mi prójimo, para resumir la historia Jesús toma como ejemplo a un samaritano (de cierta manera podemos decir un enemigo de los israelitas) que es el único que le ayuda a un hombre judío que acaba de ser golpeado, gastando su propio dinero para brindarle atención médica a este desconocido, y a través de esta parábola Jesús le muestra que el prójimo podía ser aun hasta nuestros enemigos y es a ellos a quienes también debemos de amar como a nosotros mismos, en este sentido podemos decir que este mandamiento tomo una gran relevancia nuevamente y no solo por eso sino que él mismo Jesús fue el único que verdaderamente puedo cumplirlo a cabalidad amando a un a sus enemigos que lo crucificaron y no me estoy refiriendo a los soldados romanos y fariseos únicamente, sino a todos nosotros que siendo pecadores enemigos de Dios, por eso el apóstol Juan dice que este mandamiento es verdadero en él, es decir en Cristo, ya que primeramente en él se hizo una realidad, amándonos a nosotros, pero esto no queda ahí simplemente, cuando nacemos de nuevo al arrepentirnos y creer  en Cristo como nuestro Señor y salvador, la palabra de Dios dice allí en Romanos 5:5 y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Es decir la semilla de amor de Dios en nuestros corazones ha sido sembrada y este mandamiento se torna en algo nuevo para nosotros porque ahora si, en verdad, por el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas podemos cumplirlo, ahora como hijos de Dios tenemos la capacidad dada por nuestro padre para amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, y por eso dice Juan que también es verdadero en nosotros. Por eso, cada vez que este mandamiento es una realidad en nuestras vidas, las tinieblas en nuestros corazones van pasando, y la luz de Cristo va brillando en nuestro interior, es la luz de su amor, que al brillar en nosotros, somos el resplandor de ese amor al mundo.


Versículo 9

El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.

Una vez más la palabra de Dios nos confronta profundamente en cuanto a nuestra verdadera relación con Dios, este versículo es uno de los que más nos debe poner a pensar en cuanto a la realidad de nuestra salvación, la afirmación que hace el apóstol Juan es muy contundente, básicamente nos está diciendo que si en nuestro corazón hay odio hacia un hermano, es que aún estamos en tinieblas, pero ¿qué significa estar en tinieblas?, la biblia nos muestra un contraste muy fuerte con estar en tinieblas y estar en luz, la palabra de Dios dice: Efesios 5:8  Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz, este versículo hace referencia a nuestra vida antes de ser salvos y después de ser salvos también vemos en: Colosenses 1:13  el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, una referencia más a la diferencia entre alguien que está bajo el control de satanás y alguien que está verdaderamente en Cristo. Tan solo analizando estos dos versículos podemos ver que cuando la biblia habla acerca de alguien que está en tinieblas se está refiriendo a una persona que aún no ha nacido de nuevo, que no tiene a Cristo en su corazón, esto nos debe llevar a entender que no todos los que dicen estar en la luz de Cristo, verdaderamente lo están, y que una de las pruebas que nos pueden asegurar, si alguien es verdaderamente Cristiano, es que no aborrece a sus hermanos, el porqué de esta afirmación tan dura, no es otra sino que, el carácter de Dios, que es amor y no odio, es transmitido a aquellos que son nacidos de Dios, la simiente de Dios está en ellos y esto les impide odiar, ahora bien, una cosa es que muchas veces como cristianos nos enojamos con nuestros hermanos por circunstancias diversas y muchas veces dejamos en nuestro corazón resentimientos, que aunque no necesariamente sea odio, si interrumpe nuestra comunión con el cuerpo de Cristo, por esta razón debemos sacar toda raíz de amargura de nuestros corazones y todo resentimiento y siempre andar en perdón con todos. Estoy completamente seguro, basándome en este versículo y en otros de la biblia que un cristiano genuino, no puede llegar a odiar, es decir, desearle de todo corazón y procurar el mal hacia otra persona, buscar destruir ya sea física, sicológica, o espiritualmente a alguien, dañarlo o herirlo, esto debe llevarnos a examinar profundamente nuestros corazones, y revisar si tenemos en nuestro corazón alguna clase de odio hacia algún hermano y si con sinceridad ese odio está arraigado en el corazón, lo más posible es que no seamos salvos. Si podemos a veces enfadarnos con algún hermano, la misma palabra de Dios dice: airaos pero no pequéis y no debemos dejar poner el sol sobre nuestro enojo, muchas veces nos van a herir y maltratar, pero con todo eso, jamás debemos odiar a nadie. Siempre recuerdo la muerte del primer mártir de la iglesia, Esteban, que en vez de odiar y proferir maldiciones contra aquellos que lo estaban apedreando, los bendijo diciendo: No les tomes en cuenta este pecado, eso es una clara muestra que un verdadero cristiano, aun en las circunstancias más difíciles, jamás odiara, ni siquiera a aquel que es digno de ese odio.

Versículo 10

El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.

Al estudiar esta carta del apóstol Juan, desde su inicio hasta este punto, he llegado a una conclusión muy diciente, que la luz y el amor son sinónimos, siempre van juntos, son un complemento el uno del otro, su actuar en la vida del creyente es muy similar. Cuando amamos significa que hay luz en nuestra vida, y sabemos por 1 de Juan 1. 5 Que Dios es luz, es decir el mismo Dios está en nuestros corazones, y sabemos por 1 de Juan 4:8 que Dios es amor, y si el Dios de amor está en nuestra vida quiere decir que podemos amar a nuestros hermanos, es como un circulo que no se cierra sino que va creciendo, entre más comunión con Dios y más de su palabra, tendremos mucha más luz, entre más luz en nuestros corazones más se manifestara Dios en nosotros y cuando Dios se manifiesta en nuestras vidas, su amor fluirá hacia los demás. Una bendición grande que nos promete este pasaje es que cuando amamos, nuestro caminar con Cristo es más seguro ya que su luz nos alumbra y nos guarda de caer. El amor hacia nuestros hermanos es una de las maneras en la cuales vamos a poder caminar en santidad en nuestra vidas, como la misma palabra de Dios dice que el que ama, ha cumplido verdaderamente la ley: Romanos 13:8-10  No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás,  y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor. La verdadera santidad no está en hacer o dejar de hacer ciertas cosas para sentirnos bien, sino que la verdadera santidad está en hacer o dejar de hacer cosas para bendecir a Dios y a nuestros hermanos, es decir la verdadera santidad sin la cual nadie vera a Dios está en el amor, por esta causa en el que ama verdaderamente, en este no habrá tropiezo.


Versículo 11

Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

Al contrario de lo que sucede con el amor, que camina en luz y no hay tropiezo en él, la vida de una persona que en su corazón odia, siempre ira de mal en peor, su entendimiento es enceguecido nunca entenderá las cosas de Dios, su caminar cada día será lleno de pecado, y si no se arrepiente y verdaderamente cree en Jesús como su Señor y Salvador, lo conducirá a pasos agigantados al infierno, así como el amor es un agente de luz y bendición en un creyente, el odio es un agente de destrucción y corrupción que llevara a maldición al que odia, debemos notar aquí algo que no es muy cómodo decirlo, pero es cierto; si notamos esta carta va dirigida a creyentes, lo cual me hace llegar a una conclusión que no es para nada nueva, pero no por eso deja de ser escalofriante, muchas personas en la iglesia creen que son salvos, por el simple hecho de asistir, pero en su corazón hay odio, hacia otros, lo que finalmente los llevara al infierno, pero debemos notar algo, el apóstol Juan no decía estas cosas para condenar, sino todo lo contrario para que las personas al leer esto se confrontaran con una realidad en sus vidas y los llevara a un genuino arrepentimiento y una verdadera fe en Jesús, aún hay oportunidad para aquellas personas que están enceguecidas por el odio, las cuales caminan en tinieblas, el perdón de Dios está disponible, el sacrificio perfecto fue entregado en la cruz para pagar nuestros pecados, si con un corazón humilde nos acercamos en fe a Cristo seremos salvos de nuestros pecados y trasladados de las tinieblas al reino de su amado hijo Jesús.


Versículo 12

Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.

En estos próximos versículos el apóstol Juan indica a quienes está escrito estas cosas, indicándoles una cualidad dada por Dios a cada uno de los creyentes, hay varias interpretaciones de estos versículos, muchos dicen que cuando hace referencia a “hijitos”, a “jóvenes”, o a “padres” hace referencia a estados de madurez espiritual en un creyente, yo personalmente creo que lo que el Espíritu Santo está diciendo, incluye a todos los miembros de la iglesia sin importar su edad o su nivel espiritual, claro está que si existen niveles de madurez espiritual, pero considero que en estos pasajes no se está refiriendo a ello, sino que cada una de estas cualidades se aplica a cada una de las personas mencionadas.
Inicialmente nos habla de los hijitos, haciendo una afirmación sumamente importante para nosotros y es la bendición de saber que nuestros pecados han sido perdonados por el nombre de Jesús, esta verdad principalmente debe traer paz a nuestros corazones, al entender que no es que nuestros pecados vallan a ser perdonados algún día, o en el momento en el que pidamos perdón, sino que nuestros pecados fueron perdonados en la Cruz de Cristo. Si echamos un vistazo al antiguo pacto, a los sacrificios de animales que se hacían en aquella época para la expiación de los pecados, el momento en que los pecados de la persona que practicaba dicho rito de purificación eran perdonados, por decirlo así (aunque verdaderamente no eran perdonados sino cubiertos) era el momento en el cual el animal era sacrificado y su sangre derramada, al verlo desde esta perspectiva, comparándolo al sacrificio perfecto de Jesús por los pecados de la humanidad, el momento en que fuimos perdonados, fue el momento en que la deuda fue pagada en la cruz del calvario, es decir, cuando Jesús mismo derramo su sangre por su muerte y resurrección, ahora, mientras nosotros por la fe en ese sacrificio nos mantenemos en ese pacto, todos nuestros pecados, tanto pasados presentes como futuros ya han sido perdonados, y ahora cuando pecamos siendo cristianos, la manera bíblica de acceder a ese perdón es a través de la confesión de pecados, lo que el mismo apóstol juan nos decía en el capítulo 1 versículo 9 “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos de nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. Cualquier inmaduro que ignora la palabra de Dios y su santidad puede decir, “si mis pecados ya han sido perdonados, puedo pecar todo lo que quiera” solamente puedo decir que quien se atreva a decir tal afirmación, es alguien que definitivamente tiene su corazón en el pecado y no en Cristo, por lo tanto no ha nacido de nuevo, pues el verdadero hijo de Dios toma esta promesa como una inmensa bendición ya que si sus pecados son perdonados, no es una licencia para pecar, sino por el contrario lo considera una licencia para acercarse, sin condenación a buscar la presencia de Dios y disfrutar de su gloria.

Versículo 13

Os escribo a vosotros, padres, porque conocéis al que es desde el principio. Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno. Os escribo a vosotros, hijitos, porque habéis conocido al Padre.

En este versículo Juan nos habla acerca de tres cualidades que están en un verdadero creyente y son cualidades que debemos tener muy presentes en nuestras vidas para tener un buen caminar con Cristo. Primero nos habla de que conocemos al que es desde el principio, debemos entender algo, si bien como cristianos no tenemos un conocimiento completo de quien es Dios, y que cada día debemos procurar con todo nuestro corazón más que cualquier otra cosas en nuestra vida conocer íntimamente a nuestro Padre, en el momento en que alguien ha nacido de nuevo verdaderamente, una revelación de la paternidad de Dios llega a cada creyente, si eres salvo recuerdas que en el momento de nacer de nuevo, algo en tu interior cambio, ahora percibías las cosas de Dios de una manera distinta que antes, en mi caso personal, casi toda mi vida me considere una persona religiosa, que de cierta manera buscaba a Dios, pero en el momento mismo en que nací de nuevo, una nueva revelación de Dios vino a mi vida, ya no era ese Dios lejano a la cual le rezaba sin saber si me escuchaba, ahora sabía que Dios estaba ahí, que era mi Padre, que aunque no lo conocía totalmente sabía que me escuchaba, cuando el apóstol Juan nos dice que conocemos al que es desde el principio, obviamente se está refiriendo a Dios, que nos fue revelado en el momento de nuestra conversión, y que nos sigue siendo revelado cada día a través del estudio de la palabra y de la oración. En la afirmación, Os escribo a vosotros, jóvenes, porque habéis vencido al maligno, sabemos que no se refiere exclusivamente a los jóvenes ya que la victoria de Cristo ha sido para cada uno de los creyentes, pero Juan enfatiza este mensaje en los jóvenes, ya que la juventud es la que enfrenta un mayor reto en cuanto a soportar las tentaciones que el diablo coloca, él nos quiere enfatizar el hecho de que es por la victoria de Jesús en la cruz sobre los principados y potestades que podemos soportar y resistir todas las asechanzas del diablo, cuando tenemos presente en nuestro corazón esta verdad tan grande, nos lleva a vivir una vida de victoria sobre todo obstáculo o tentación que se nos pueda presentar en el camino, en la última frase de este versículo, nos recuerda una vez más, que como hijos hemos conocido al Padre, la importancia de conocer esta verdad en nuestras vidas es vital, ya que si conocemos al Padre, podemos tener acceso directo a su presencia, Dios solo recibe a sus conocidos, a aquellos que por el sacrificio de Jesús se acercan a él y es en esa misma presencia, que nuestro conocimiento de Dios crece más y más para ser semejantes a él.

Versículo 14

Os he escrito a vosotros, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio. Os he escrito a vosotros, jóvenes, porque sois fuertes, y la palabra de Dios permanece en vosotros, y habéis vencido al maligno.

En este versículo una vez más el apóstol Juan reitera estas verdades, pero le añade algunas especiales que tienen un inmenso valor para nosotros, le recuerda una vez más a los padres que ellos han conocido a Dios desde el principio, afirmando este hecho como algo sumamente importante y de gran valor para nuestra vida cristiana, ahora les dice a los jóvenes que son fuertes, esta frase la podemos tomar de dos vías, la primera en el sentido humano y la segunda en un sentido más espiritual, pero que finalmente trae edificación a nuestras vidas, viéndolo desde el sentido humano, todos sabemos que los jóvenes poseen más fuerza que los adultos, y esto tiene una importancia vital, ya que la fortaleza de un joven puede traerle ventajas grandes en el evangelio, cuando un joven decide servirle al Señor radicalmente, puede ser de gran utilidad para el reino de Dios ya que tiene no solamente la capacidad sino la gracia, y muchas más oportunidades para predicar el evangelio que muchos adultos, siempre he creído que es un grandísimo privilegio conocer a Cristo desde la juventud, ya que en esta edad puede llegar a ser mucho más disponible que un mismo adulto, debido a su tiempo y responsabilidades, pero también por esta razón, los jóvenes son mucho más tentados, en diversos pecados y pasiones, ahora el sentido espiritual de esta frase radica en que como jóvenes cristianos que son, deben entender que su fortaleza proviene de Cristo, más que algo físico es una fortaleza para vencer las tentaciones y permanecer firmes en la santidad y la fe, cuando no solamente creemos sino entendemos que somos fuertes en él, será mucho más fácil, enfrentarnos a las tentaciones que satanás coloca en nuestro camino.

La siguiente frase es la que más que ha colocado a pensar, ya que, ¿verdaderamente en todos, permanece la palabra de Dios? Creo que en cierto sentido si es verdad, ya que fuimos renacidos por la palabra de Dios, si no fuera por esa palabra, la fe en la obra de Jesús nunca hubiese llegado a nosotros, y en ese sentido la palabra de Dios que nos hizo renacer permanece en nosotros, y es algo que debemos estar recordándonos que en nosotros permanece su palabra como una ley de vida, para así permanecer en lo que hemos creído desde el principio, pero considero que también el apóstol Juan nos está animando a permanecer constantemente, día a día en la palabra de Dios, no dejándola para las ocasiones especiales, sino teniéndola en nuestro corazón a cada instante.

Y finaliza diciendo que una vez más que hemos vencido al maligno, pero ¿cómo? Ya sabemos que fue por Jesús, pero adentrándonos un poco más, este pasaje de apocalipsis nos muestra claramente esta verdad. Apocalipsis 12:10-11  Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche. Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte. Aquí vemos dos aspectos sumamente importantes, que debemos tener en cuenta para apropiarnos de esta promesa, primero que es por la sangre del cordero que hemos vencido, ya que fue esta sangre la que limpio todos nuestros pecados, y aquello que le permitía a satanás obrar en nosotros, era el pecado, el pecado es una puerta abierta para que él se manifieste en nuestras vidas, de la misma manera que el amar a Dios en obediencia a su palabra, hace que la presencia de Dios se manifieste en nuestras vidas, cuando creemos en el poder de la sangre de Jesús para redención de nuestros pecados, el poder del diablo es cortado, y tirado por el piso, porque ya no tiene argumento legal contra nosotros, y libremente podemos acercarnos al trono de la gracia para encontrar el favor y la gracia de Dios para poder vivir una vida en victoria. Pero no se acaba ahí, también nos habla del poder de la palabra de Dios para vencer al diablo, por todos es sabido que la manera por la cual Jesús pudo resistir la tentación que le coloco el diablo cuando fue llevado al desierto, fue a través de su palabra, y eso para con nosotros no cambia, es al tener bien presentes no solo en nuestra mente sino sobre todo en nuestro corazón cada una de las promesas de Dios, que podemos hallar fe, fortaleza y esperanza para enfrentar cada circunstancia de la vida con victoria sobre el enemigo.


Versículo 15

No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.

Ahora entramos a un pasaje sumamente importante en esta carta, es un versículo muy conocido por todos, pero tristemente poco practicado, la palabra que más se destaca en este versículo es “Mundo” hay dos maneras bíblicas de ver esta palabra, la primera hace referencia a este maravilloso pasaje, llamado por muchos el corazón de la biblia, Juan 3:16 Porque de tal manera amo Dios al MUNDO, que ha dado a su hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea, no se pierda más tenga vida eterna. Aquí Jesús hace referencia a que el padre ama al mundo, pero ¿a qué aspecto del mundo se está refiriendo? Bajo este contexto el Señor se refiere a los seres humanos que habitan en este planeta, sin importar su edad, sexo o raza, como personas que serán condenadas sino creen o salvas si ponen su fe en Cristo, a los cuales les tiene gran amor. Pero bajo el contexto del versículo que estamos analizando, no se refiere a lo mismo, sino a la conducta moral de maldad y pecado, la cual gobierna a la mayoría de habitantes del planeta tierra, que se ha convertido en su estilo de vida, que esta ajeno a la ley de Dios y alejada de su voluntad. Bajo este concepto podemos entender a que se refería el apóstol Juan cuando decía que no debemos amar al mundo. Ahora, debemos entender que significa amar al mundo, analizando un pasaje en el cual Jesús nos enseñaba acerca de qué significa verdaderamente amarle a él, podemos entender cosas muy valiosas e importantes. Juan 14:23  Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. Considero que de la misma manera en que nosotros le mostramos amor a Dios obedeciéndole, es decir haciendo su voluntad, igualmente mostramos que amamos al mundo cuando hacemos las cosas conforme las hace el mundo, es decir, cuando amoldamos nuestra manera de pensar a como el mundo piensa, que siempre va en contra de la palabra de Dios que es su voluntad, un pequeño ejemplo seria, el pensamiento que el mundo tiene con relación a la virginidad, para el mundo la virginidad es un problema en los adolescentes, el cual se deben quitar lo más pronto posible de cualquier manera, con el que sea, sin importar las consecuencias que eso traiga, de ese pensamiento vemos niñas de 15 o 16 años embarazadas, jóvenes promiscuos, infectados con terribles enfermedades, viviendo vidas terribles, pero por el contrario el pensamiento de Dios, nos habla acerca de la pureza sexual, nos habla de alejarnos de la fornicación, y de llegar a nuestro lecho nupcial sin manchas, para que primero que todo le glorifiquemos, pero también recibamos las recompensas de la obediencia. Y es por esta razón que Juan nos advierte que no debemos amar al mundo, porque amarle significa obedecerle, y obedecer al mundo significa desobedecer a Dios.

Ahora otro aspecto del amor tiene que ver con el control, si colocamos nuestro afecto y amor en algo, ese algo nos controla, nos domina y nos guía, en nuestra manera de vivir y en el momento de tomar decisiones, si nuestro amor está verdaderamente, colocado solamente en Dios como lo primero de nuestra vida, significa que Dios tiene el control de ella, es decir todas mis decisiones estarán sumamente ligadas a su voluntad y deseo, pero por el contrario, cuando pongo mi amor en algo del mundo, ya sea sexo, drogas, dinero, fama, eso me controlara, otro pequeño ejemplo seria la música, hay personas que su amor por ciertos géneros musicales los lleva a cambiar radicalmente su estilo de vida, empiezan a vestirse de cierta manera, su lenguaje se torna distinto, sus actitudes, su pasatiempos, son cambiados radicalmente por su estilo musical, sin querer generalizar, los que escuchan hip-hop tienen una manera de vestir en particular, ellos se visten con ropa muy amplia y colorida, si examinamos sus lenguajes, tienen sus expresiones características, al igual que sus pasatiempos, y todo esto influenciado por su amor a la música que escuchan, la cual controla sus vidas. Pues este es un simple ejemplo de los muchos que vemos en, los cuales el amor por algo del mundo controla vidas, uno de los casos más graves que la biblia muestra es el amor a las riquezas, que el mismo Jesús lo coloca como una competencia directa con Dios. Mat 6:24  Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Cuando alguien coloca su amor en las riquezas, es totalmente controlada por ellas, todo lo que va a querer y procurar en la vida será obtener más posesiones, más dinero, y eso lo lleva a cometer todo tipo de atrocidades con tal de obtener un poco más. Ahora como hijos de Dios, no podemos considerar en lo más mínimo el amar al mundo, ya que el mismo Juan es tremendamente concluyente diciendo: Si alguno ama al mundo, el amor de Padre no está en él. y es algo más que obvio cuando entendemos lo que implica amar al mundo, considero que un verdadero cristiano, no puede amar al mundo, aunque el mundo lo seduzca y lo atraiga, lo tiente y posiblemente a veces caiga, pero de ninguna manera colocara su corazón en las cosas del mundo, por el contrario aunque a veces peque, aborrecerá su maldad y despreciara su comunión con el mundo y rápidamente correrá a los brazos de su Padre, pero si alguien que se dice ser cristiano, se delita en los placeres del mundo, se ve inclinado a sumergirse cada día más, sin la conciencia de que su pecado es una grave ofensa ante Dios, de pronto un simple remordimiento de las consecuencias que eso le pueda traer a su vida, pero no un verdadero dolor por haberle fallado a Dios, podemos decir con certeza que el amor del Padre no está en él, es decir nunca el amor de Dios ha sido derramado en su corazón por el Espíritu Santo, por lo tanto no ha nacido de nuevo y aún está en sus pecados, y próximo a una condenación eterna si no se arrepiente de corazón y cree verdaderamente en Jesucristo como su salvador.

Versículo 16

Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.  

En el versículo anterior habíamos visto que significa amar al mundo, en este versículo Juan nos describe tres cosas importantes que destacan las características de las cosas que hay en el mundo. Hace algún tiempo le escuche a un excelente maestro decir una definición de estos tres aspectos que afectan la vida de las personas, se refería a las tres “P” Pasiones, Posesiones y Posiciones  Cuando habla de “pasiones” nos está hablando de los deseos de la carne, es decir, todas las concupiscencias que hay en el corazón humano, por ejemplo el deseo sexual desenfrenado, las glotonerías, el alcohol, las drogas, placeres que llevan a la satisfacción de la carne, todas ellas son cosas que nos presenta el mundo en bandeja de plata como tentación para que las sigamos y las obedezcamos. También habla de “posesiones” es decir los deseos de los ojos, cuando se anhela tener más y más, tiene relación con la codicia desenfrenada, con el deseo de adquirir más riquezas, mas lujos, que lo llevan a desear más placeres, y en este aspecto es algo muy grave, ya que la avaricia, la biblia lo llama un tipo grave de idolatría, y sabemos que la idolatría es un pecado sumamente aborrecible por Dios, y es triste que hoy la iglesia de cristo se está dejando seducir por este pecado, pues en muchas iglesias este es su tema favorito, “como ser rico”, “como alcanzar más posesiones”, “tú necesitas más dinero” temas los cuales llevan a las personas a ser avaros y codiciosos buscando satisfacer los deseos de los ojos, debemos cuidarnos mucho de tales doctrinas, si bien Dios bendice y prospera a sus hijos de una manera sobreabundante, nuestros ojos y nuestros deseos deben estar inclinados a Dios y a su palabra, para cada día servirle con pasión y fuego. También nos habla de “posiciones”, haciendo referencia  a la vanagloria de la vida, y es ese deseo por escalar, por subir, por trepar posiciones, por cada día tener una posición más elevada que los demás, por buscar admiración y respeto a toda costa, el anhelo de ser famoso, reconocido por sus grandes virtudes o conocimiento, tenemos que ser realistas y entender que si hay algo que está penetrando en la iglesia es este pensamiento, buscar exaltar el ego de las personas, hacer sentir a cada uno como unos seres únicos, e irrepetibles, sumamente especiales, llevando a la gente a un deseo por un supuesto crecimiento personal, pero que verdaderamente lo está llevando es a una condición de vanagloria y orgullo, y todo esto para alejarlo de la gracia del Señor, pues en la biblia dice Santiago 4:6  Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Esto es algo sumamente peligroso, recordemos que el diablo mismo peco y cayo gracias a su orgullo y vanagloria, la meta de un cristiano más allá de conseguir reconocimientos y aplausos, debe cada día buscar glorificar a Dios en todas las cosas, y entender que es Dios quien nos promueve, y es él quien nos exalta.
Ahora debemos entender que ninguna de estas cosas, nacen en el Padre, por consiguiente es algo que debemos evitar en nuestras vidas, alejarnos de cada una de ellos, y en humildad reconocer que necesitamos su gracia para poder caminar alejados de cada una de estas mentiras que el diablo introduce para engañar y corromper.

Versículo 17

Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 

En este versículo el apóstol Juan nos aclara una verdad que debemos tener siempre presente en el corazón que nos lleva a considerar no andar bajo ninguna circunstancia en las cosas del mundo, y es el hecho de que es algo pasajero, que no permanece, que su placer es de corta duración, y al ser de corta duración producirá insatisfacción y los llevara a consumirse cada vez más en el pecado y desenfreno. Juan nos coloca la contraparte que es en la cual nosotros debemos poner nuestros ojos y nuestro corazón, que es el hecho que el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre, dando a entender que las cosas de Dios son eternas y no pasajeras, que el placer que Dios nos da como creyentes (como placer me refiero a lo espiritual) es algo que perdura, que no es de corta duración, a pesar de las pruebas y de los obstáculos en la vida, el gozo y la felicidad de un verdadero cristiano es permanente, que no durara solamente en su estancia en este cuerpo mortal, sino que perdurara por la eternidad al lado del Señor, por eso debemos poner nuestra mirada en las cosas que no se ven así como dice este pasaje bíblico, 2 Corintios 4:18  no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Por: Jhon V

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Gracias a Dios, me sirve de mucho, Dios le bendiga