CAPITULO 2 parte B
Versículo 18
Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el
anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos
que es el último tiempo.
A partir de este versículo podemos decir que Juan nos
empieza a hablar de otro tema, en los versículos inmediatamente anteriores, nos
habla de los ataques que vienen desde el mundo para la iglesia y los creyentes,
pero ahora él nos advierte de los peligros que hay dentro de la iglesia, y
comienza a hablarnos del anticristo y de los anticristos, los cuales vamos a
ver de una manera más detallada.
Lo primero que nos dice es que estamos en los últimos
tiempos, para todos es sabido que es una frase que ha retumbado en la iglesia
por más de 20 siglos, de hecho Juan nos estaba diciendo que en su época ya
estaba los últimos tiempos, muchos podrían decir “pero ya han pasado casi 2000
años y no se ha acabado el mundo y no ha regresado Cristo”, al analizar este
versículo se me venía otro a la cabeza, y es 2 Pedro 3:9 El Señor no retarda
su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con
nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al
arrepentimiento. Los últimos tiempos de verdad empezaron en la época de los
apóstoles, el punto es que Dios ha extendido ese tiempo hasta el día de hoy,
esperando el arrepentimiento de los hombres y que todos los escogidos entren al
reino de Dios, muchos podrían decir, ¿pero para que Dios dijo algo con tanto
tiempo de anticipación, si finalmente no era para esos días? Esto me trae a la
mente en pasaje del antiguo testamento acerca de la profecía del Mesías, el
mismo Moisés decía Deuteronomio
18:15 Profeta de en medio de ti, de tus
hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis; sabemos que
este pasaje era una profecía de la primera venida de Jesucristo para salvar a
la humanidad, desde el día que esta profecía fue dada hasta la venida de Cristo
pasaron aproximadamente entre 1500 y 2000 años, por eso digo que no se me hace
extraño que la profecía sobre los últimos días y el regreso de Jesús, se halla
dado con tanto tiempo de anticipación,
también debemos entender que lo que Juan estaba hablando era un mensaje
que tenía que perdurar hasta nuestros tiempos, cuando se manifestaría todas
estas cosas, pensemos algo, si Juan decía que en su época era el último tiempo
cuanto más hoy dos mil años después.
Juan nos dice que hemos escuchado que el anticristo viene, y
es algo cierto, y se está refiriendo al personaje que la biblia nos muestra
como el hijo de perdición, la abominación desoladora, entre otros títulos, un
ser humano que tomara y se sentara en el templo y se hará pasar por Dios, este
es el personaje que esta por manifestarse y que viene, pero también nos habla
de que han surgido muchos anticristos, la palabra anticristo hace referencia a
alguien que se opone a Cristo o suplanta a Cristo, cuando Juan nos habla de
anticristos nos habla de personajes que tienen en sus vidas el espíritu del
anticristo, así como Dios reparte de su Espíritu a sus hijos, también el
anticristo reparte de su espíritu a sus seguidores, y estos son los que se
oponen a la sana doctrina de Jesús que niegan su deidad, niegan la eficacia del
sacrificio de Cristo, niegan que este ha sido el Mesías y básicamente se oponen
a todo lo que se llama Cristo, al ver que cada día se manifiesta más este tipo
de personajes, debemos darnos cuenta que estamos en el tiempo final, y nuestra
labor como hijos de Dios es estar firmes en la fe y el amor y en la sana
doctrina, teniendo un fuerte conocimiento bíblico de quien es Jesucristo para
no resbalarnos y caer en el error.
Versículo 19
Salieron de nosotros,
pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían
permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos
son de nosotros.
Algo que personalmente se me hace bastante terrible es el
hecho de que Juan nos diga que estos anticristos salieron de la iglesia,
cualquiera se esperaría que fuese un ateo o alguien de cualquier otra religión,
algún budista, o algún musulmán, pero el mismo Juan nos dice que Salieron de nosotros, es decir hacían
parte de la iglesia, y no solo parte, sino que tenían un grado de liderazgo y
de conocimiento bíblico, ya que estos hombres salieron enseñando un falsa
doctrina acerca de quien verdaderamente es Cristo, pero cabe el apóstol Juan
nos aclara que estos no eran personas salvas, no eran trigo, eran cizaña, como
el mismo Jesús nos lo aclara en una de sus parábolas, Mateo 13:24-30 Les refirió otra
parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró
buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y
sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto,
entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de
familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De
dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos
le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? Él les dijo: No, no
sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad
crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo
diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para
quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.
Lo que Jesús nos quiere enseñar en esta parábola es que satanás
mismo coloca personas en la iglesia con una apariencia de piedad, con una
fachada de cristianos, que tienen las palabras correctas y aun el carisma para
atraer gente, pero simplemente son instrumentos del diablo para seducir y
engañar a los verdaderos cristianos, pero aquí Juan nos da un consuelo y es que
dichas personas tarde o temprano serán descubiertas y saldrán de la iglesia, porque
finalmente se manifestaran sus frutos que son malos, recordemos que el mismo
Jesucristo nos dijo que por sus frutos los conoceríamos, que de un árbol bueno
nunca podrá salir mal fruto y que de uno malo jamás saldrá fruto bueno, estos
hombres, finalmente se conocerán por sus frutos malos tanto en sus enseñanzas
como en sus vidas, cabe hacer la aclaración que aquí no se está refiriendo a
cualquier persona que va a la iglesia y se aparta ya que nunca fue salva, ellos
no son anticristos, simplemente personas que tuvieron una fe fingida en Cristo
y jamás procedieron a un verdadero arrepentimiento, aquí Juan se está
refiriendo a maestros y personas que tienen una posición elevada en la iglesia,
personas que tienen la función de enseñar, ya que así es que pueden afectar y
dañar más vidas, ellos son los que pueden llegar a ser anticristos, esto es la
confirmación de que en la iglesia crece juntamente con el trigo la cizaña.
Versículo 20
Pero vosotros tenéis
la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.
Este versículo es maravilloso dando a entender que sus
verdaderos hijos tienen el Espíritu Santo en sus vidas, el cual nos da el
discernimiento para conocer quien es de Dios y quien no, esto nos muestra una
maravillosa faceta y obra del Espíritu Santo en nuestras vidas, primeramente
nos hace entender que el verdadero conocimiento espiritual no nace de nosotros
sino de él, por medios o métodos humanos, jamás vamos a tener el conocimiento
de las cosas de Dios, también nos muestra, que es ese conocimiento que nos da
el Espíritu, nos guarda de las falsas enseñanzas y nos da discernimiento para
conocer quien es quien, esto me lleva a pensar que cuando un cristiano es
descuidado en su comunión con Dios y con el Espíritu Santo puede ser fácilmente
engañado con falsas enseñanzas y doctrinas de falsos maestros que tanto abundan
en nuestros días, en mi experiencia personal muchas veces cuando leo algún
libro o cuando por televisión o por internet escucho enseñanzas de la palabra
de Dios, cuando escucho algo y en mi interior no me trae paz, el Espíritu Santo
me recuerda escrituras que muestran que lo que está enseñando no es totalmente
bíblico, en esto veo la realidad de este versículo en mi vida, y me lleva a
confrontarme más, ya que cada día debo ser más sensible a su voz, a través de
la palabra y la oración constante, y una verdadera comunión con el Espíritu
Santo.
Versículo 21
No os he escrito como
si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira
procede de la verdad.
Para comprender este versículo tenemos que entender algo
sumamente esencial e importante y es el hecho que Jesucristo es la verdad, él
dijo en Juan 14:6 “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al
Padre sino por mí. Si lo tomamos
desde este punto de vista, debemos darnos cuenta de la importancia que tiene el
conocimiento de Jesucristo, ya que es en el conocimiento de quien es él, donde
está fundamentada nuestra fe, él es la base de nuestra creencia, el fundamento
de nuestro cristianismo, si el concepto que tenemos de Jesús es errado toda
nuestra doctrina cristiana estará errada, También debemos entender que la sana
doctrina de cualquier iglesia o denominación, se debe basar en un correcto
conocimiento de Cristo, si notamos las
sectas lo que más atacan es a la figura de Jesús, negando su deidad, negando su
humanidad, negando la eficacia de su obra, vemos que en la historia, el
personaje más amado, pero también más atacado de todos los tiempos ha sido
Jesús, han hecho películas donde muestran a un Jesús pecador, muchos
historiadores han negado su existencia, y en fin, un sin número de ataques que
siempre tienden a desvirtuar el conocimiento y la imagen de quien
verdaderamente es Jesús.
Cuando tenemos claro en nuestra mente pero principalmente en
nuestro corazón, basados en un conocimiento bíblico revelado por el Espíritu
Santo, de quien es Jesús podemos tener confianza, y saber que nunca de él va a
proceder ninguna mentira, ningún engaño, nada oscuro, sino que por el contrario, el verdadero y
sano conocimiento provendrá del fundamento de Cristo.
Versículo 22
¿Quién es el
mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que
niega al Padre y al Hijo.
Este versículo nos muestra de una forma clara quien es
verdaderamente el anticristo y aquellos que tienen el espíritu del anticristo,
son aquellos que atacan de una manera directa la doctrina de Jesucristo, como
lo hablábamos anteriormente, son aquellos que niegan que Jesús es el hijo de
Dios, o niegan que él verdaderamente es Dios, lo que niegan que Jesús vino en
carne, los que niegan que él murió, o los que niegan que resucito, y todas
aquellas cosas más que le agregan a la doctrina de Cristo, aquellos que dicen
que Jesús, como era hombre también peco o que dicen que se casó, o que tuvo hijos, todos estos son
anticristos declarados, pues van en
contra de quien Jesús es, negando que él es el Cristo, es decir el
salvador del mundo, y condenando no solo sus propias almas sino también las de
aquellos que siguen sus enseñanzas, por eso Juan se refiere a ese espíritu como
mentiroso y alguien que niega la verdad de Cristo solo puede venir del padre de
la mentira que es el diablo.
Versículo 23
Todo aquel que niega
al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al
Padre.
Hoy en día hay muchas sectas y grandes religiones, que sus doctrinas
de basan en menospreciar y rebajar la figura de Jesús, muchos piensan que
solamente con creer en Dios el Padre es suficiente, que Jesucristo no es
necesario, o no es tan importante, esto le pasaba a los judíos los cuales
pensaban que para obtener la salvación solamente se necesitaba guardar las
obras de la ley y no era necesario un salvador, también hay muchas sectas que
si bien creen en Jesús como un personaje
bíblico, no creen que a través de su sacrificio se obtiene toda la redención,
hay quienes aún se atreven a poner a Jesús a nivel del diablo, y se enfocan
solo en la fe al padre, dejando a un lado a el hijo. Por esta razón juan decía estas
cosas, porque debemos tener bien en claro que si tenemos a Cristo en nuestras
vidas, inevitablemente vamos a tener al Padre con nosotros, pero por el
contrario, si alguien tiene fe en el Padre y menosprecia a Jesús jamás podrá tener
acceso a Dios ya que Jesús mismo fue el que dijo en Juan 14:6b “Nadie viene al Padre sino por mi” debemos
tener bien en claro esto en nuestros corazones, que Jesús es la puerta, él es
el camino, él es el único acceso al Padre, por eso si confesamos al hijo de
Dios, al Padre también confesamos, Dios coloco al hijo sobre todas las cosas,
heredero de la creación, primogénito sobre todo lo existente, es decir el más
importante de todo, Jesús es el que sustenta todas la cosas con su poder y
majestad, por eso debemos tener bien firme el fundamento de quien es Jesús pues
él es Dios sobre todas las cosas por los siglos de los siglos.
Versículo 24
Lo que habéis oído
desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el
principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en
el Padre.
Ahora el apóstol Juan nos hace una recomendación muy
importante que tenemos que tener en cuenta, nos dice que lo que hemos oído
desde el principio debe permanecer en nosotros, pero para que esto permanezca
en nosotros debemos saber o más bien recordar las cosas que hemos oído desde el
principio, qua básicamente son los rudimentos de la palabra de Dios, ¿Qué fue
lo primero que escuchamos cuando verdaderamente creímos y nacimos de nuevo? El
evangelio, claro está, si hay algo que siempre a través de toda nuestra vida
cristiana, siempre debe estar presente precisamente es eso, que somos pecadores
y la consecuencia de ese pecado es una eternidad en el infierno porque hemos
desobedecido la ley de Dios, pero que Jesús siendo Dios, se hizo hombre y
estando en esa condición de hombre se humillo a morir en una cruz y derramar su
sangre, y a través de este sacrificio, pagar el precio por el pecado de toda la
humanidad y redimir a todos los que de corazón sincero reconocen su condición
pecadora y se arrepienten de sus pecados y ponen toda su fe y confianza en el
sacrificio de Jesús por sus pecados, para obtener el perdón y la salvación y la
vida eterna, reconociendo y confesando a Cristo como el Señor y gobernador de
sus vidas, este es el principio básico del evangelio, en el cual siempre
debemos permanecer, ya que las falsas doctrinas lo que buscan es destruir este
fundamento, diciendo que no solamente se necesita fe, sino también hacer una
que otra obra, o atacan a Cristo diciendo que él no vino en cuerpo físico sino
espiritual, desvirtuando el sacrificio corporal de Jesús, otros lo que atacan
es la condición del hombre diciendo que no somos tan pecadores, que Dios no
están malo como para enviarnos al infierno, todas estas cosas son ataques a la
fe cristiana básica, obviamente existen muchos más y doctrinas en las cuales
debemos afirmarnos mucho más, pero el punto más importante es que no debemos
descuidar estas cosas, sino por el contrario, tenerlas firmes en nuestro
corazón, ahora recuerdo un gran maestro que tuve que decía: si quieres hacerte
experto en un tema de la biblia, hazte experto en las doctrinas básicas, así
nunca te deslizaras.
Versículo 25
Y esta es la promesa
que él nos hizo, la vida eterna.
Juan aquí nos recalca lo que debemos tener siempre presente
en nuestras vidas, y es el claro entendimiento de la promesa de la vida eterna,
que él mismo nos hizo, debemos primero que todo examinar nuestro corazón, si en
verdad tenemos la vida eterna, el apóstol Pablo en 2 Corintios 13:5 Examinaos a
vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os
conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis
reprobados? Es algo sumamente importante examinarnos, miran que hay en
nuestro corazón. ¿Hemos creído de corazón en el sacrificio de Jesús por
nuestros pecados?, ¿Hemos experimentado un verdadero arrepentimiento?, ¿Tenemos
confianza de que somos hijos de Dios?, ¿El Espíritu Santo da testimonio a
nuestro espíritu de ello?, ¿nuestros frutos en la vida cristiana son frutos de
arrepentimiento?, ¿Verdaderamente nuestra relación con el pecado ha cambiado?,
¿odiamos pecar, o aun nos deleitamos en el pecado?, sin querer decir que somos
perfectos, ¿Andamos como él anduvo?, ¿Nos parecemos a Cristo cada día?, ¿Él es
el mayor anhelo en nuestras vidas?, tenemos que contestar con honestidad cada
una de estas preguntas, porque si no, podemos estar siendo engañados y vivir
una falsedad, y con tristeza decir que esta promesa no es para nosotros, la de
la vida eterna, y que aún sea necesario alcanzarla por la fe. Pero que si
estamos seguros de nuestra salvación y que tenemos la vida eterna, debemos cada
día recordarlo en nuestro corazón, pues esta promesa es una firme ancla que nos
lleva al cielo y nos mantiene firmes en todas nuestras tribulaciones,
entendiendo que somos hijos de Dios y que él como Padre nunca nos va a
desamparar y nuestro final es en la eternidad en el cielo al lado de él.
Versículo 26
Os he escrito esto
sobre los que os engañan.
Todas estas cosas nos las escribió el apóstol Juan inspirado
por el Espíritu Santo, ya que siempre en todas las edades de la iglesia, se han
levantado y se levantaran, pero sobre todo en estos últimos tiempos en los
cuales vivimos se han levantado falsos maestros, esto me hace ver el amor y el
deseo de Dios por guardarnos y preservarnos, para cuidarnos de todo aquello que
nos separa de él, pues el propósito de los falsos maestros precisamente es ese,
alejarnos de la presencia de Dios, llevar a las personas que los oyen por un
camino falso que los conduce a la muerte. Debemos de tener presente que todo
engaño, para que sea engaño, debe tener una apariencia de verdad, y ofrecer
algo atractivo, que seduce una parte de los sentidos humanos, las falsas
enseñanzas siempre muestran dos facetas extremas, una de ellas es el facilismo,
hacerlo todo agradable para la carne, buscando el placer y la comodidad,
alcanzar las cosas sin requerir esfuerzo alguno, una falsa seguridad basada
simplemente en emociones y mentiras, pero por el otro lado tenemos, a aquellos
que enseñan solamente el esfuerzo humano, un sacrificio de la carne, y un
ascetismo que lleva solamente a poner su confianza en las obras del hombre y
deja a un lado el poder de Dios y su gracia, aquellos que solo buscan un
orgullo espiritual debido a la excelencia de ellos mismos demostrado por su
trabajo y sacrificio, los dos lados nos muestran dos caras de la moneda, que
son igualmente de dañinos y nocivos, que pervierten la verdad del evangelio,
llevando a las personas a poner su confianza en cualquier otra cosa y no en
Cristo, debemos estar atentos porque esto es lo que buscan estos falsos
maestros, introduciendo encubiertamente sus enseñanzas no basadas en una
revelación bíblica traída del Espíritu Santo, sino de una interpretación
manipulada de las escrituras, pues basan sus supuestas enseñanzas en la palabra
de Dios para ser más creíbles y lograr engañar a muchos, pues a la iglesia
ellos saben que no pueden entrar enseñando, por ejemplo el Corán o un libro de Deepak
Chopra, ellos tienen que llegar con la biblia, torciéndola a su acomodo no
adaptándose a lo que ella enseña sino adaptando la biblia a su enseñanza
personal, por eso veremos en el próximo versículo la importancia de la
revelación del Espíritu Santo en la enseñanza de la palabra.
Versículo 27
Pero la unción que
vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que
nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es
verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.
Tengo que confesar que este es uno de mis versículos favoritos
de la biblia entre muchos otros, pero me fascina básicamente porque habla de
una obra del Espíritu Santo maravillosa, que aunque obvia, muchos pasan por
alto en la iglesia, y es la enseñanza absolutamente guiada por el Espíritu,
pienso que si hay algo en lo que ha fallado la iglesia, es no ponerle atención,
ni darle importancia a este versículo, ya que al tomarlo a la ligera no lo
entendemos, pero lo más terrible de todo es que no lo ponemos por obra, ni
mucho menos lo creemos. Hoy en día vemos muchas vertientes en el pensamiento
cristiano, muchos tienen conceptos muy cerrados, acerca de muchos temas, si
algo está separando la iglesia hoy en día es precisamente la unidad en la
doctrina, puede ser que lo que estoy pensando sea una utopía, pero considero
que el estado ideal de la iglesia seria que todos pensemos una misma cosa, me
pregunto, si somos hermanos, si tenemos un mismo Dios, si tenemos dentro un
mismo Espíritu, ¿porque no puede haber unidad en cosas tan triviales?, el punto
es que cada cual interpreta la biblia a su propia manera, muchos de acuerdo a
su conveniencia, otros de acuerdo a la doctrina que durante siglos han sido
enseñados, muchos se agarran de corrientes teológicas y se basan en esas
corrientes para interpretar la biblia, muchos aun pasando por encima del
Espíritu, y creo de todo corazón esto pasa por dos cosas, primero el orgullo
del hombre de siempre querer tener la razón por encima de todas las cosas e
inclusive por encima de Dios, y segundo y creo que es la más importante, por la
falta de la enseñanza genuina y directa del Espíritu Santo, muchos maestros con
buenas intenciones han traído a la iglesia doctrinas dañinas y destructoras,
simplemente por no someterse a la enseñanza de Dios y a la revelación que él da
de la palabra, y otros aunque sus enseñanzas no son tan dañinas las han tomado
simplemente porque piensan que así debe ser, por sus propios razonamientos lógicos
y no por la dirección del Espíritu Santo.
Para entender este versículo tenemos que tener en cuenta
algo muy importante que dijo el apóstol Pedro en su segunda carta 2 Pedro 1:20-21 entendiendo primero esto, que ninguna
profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía
fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron
siendo inspirados por el Espíritu Santo. Este versículo nos muestra que no
podemos tomar a la ligera la palabra de Dios, entendiendo o interpretando de
ella lo que a nosotros nos parezca, sin importar lo que los demás que piensen. Cuando
Juan dice que la unción, es decir el Espíritu Santo permanece en nosotros, al
cual recibimos en el momento del nuevo nacimiento, no tenemos necesidad de que nadie nos enseñe, esta parte también se
ha tergiversado mucho y se ha sacado del contexto bíblico, ya que pensamos que
no tenemos necesidad ni de pastores, ni de maestros, ni de nadie que nos enseñe,
pues por si solos podemos aprender la palabra, déjame decirte que esta es una
verdad a medias, es cierto que Dios mismo nos enseña sus palabras en nuestro corazón,
no tenemos necesidad de aprender del mundo o de cualquier fuente extraña, pues
el mismo Espíritu Santo es quien nos enseña, lo que debemos tener en cuenta es
que el usa a maestros, pastores, aun evangelistas, y también a través de los muy
escasos y poco conocidos apóstoles, por eso la labor y la responsabilidad de
todo aquel que enseña la palabra es sumamente grande, pues estos ministros
deben estar sumamente revestidos del poder del Espíritu Santo, teniendo una comunión
íntima y verdadera con él, ya que muchos ministros lo que muchas veces hacen es
simplemente sentarse a estudiar la biblia, pasan horas y horas leyendo,
escuchando de aquí y de allá, mirando comentarios, analizando ilustraciones, y
lo que hacen es caer en el error de depender de ellos mismos para interpretar
la biblia, toman cosas de otras personas, pero pocos son los que se toman el
tiempo seriamente para decir, Espíritu Santo enséñame tu, capacítame, hazme
entender, dame discernimiento para comprender tu verdad, y muchos simplemente
dependen de los que dicen otros y no confían que Dios mismo les puede enseñar, también
tenemos que entender, que Dios no te va a decir nada nuevo, pues toda la revelación
ya ha sido dada, a través del tiempo a su iglesia, tampoco debemos ignorar la
enseñanza histórica, pero a lo que me refiero es que el Señor a través del
Espíritu Santo nos trae entendimiento y luz de las escrituras, primero que todo,
para aplicarlo personalmente a nuestras vidas, pero también para enseñarlo con
la misma unción a otros, y entender que simplemente somos mensajeros de la
enseñanza que Dios mismo trae a su iglesia, y como vemos que el apóstol Juan decía
que dicha enseñanza, cuando nace de la comunión con Dios, cuando nace de un hombre
o una mujer llena del Espíritu Santo, tenemos la confianza que es verdadera y
no es mentira. Nunca una falsa doctrina ha nacido de alguien que tenga su corazón
humillado verdaderamente puesto en Cristo, totalmente sometido a Dios y lleno
de la presencia del Espíritu Santo, cuando tenemos este corazón y esta sed de
ser enseñados por la unción de Dios, seremos llenos de la revelación de su
palabra y en esa revelación debemos permanecer como decía el apóstol Juan.
Versículo 28
Y ahora, hijitos,
permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que
en su venida no nos alejemos de él avergonzados.
Una de las cosas que el Señor mas nos advierte a través de
sus apóstoles es permanecer, es una palabra que Juan repite muchas veces en
esta carta, considero que Dios nos la recuerda por la importancia que implica
para nuestras vidas, ya que siendo hombres es muy fácil desviarnos, de hecho
por si solos, sin la ayuda de Dios, no estaríamos de pie, ya que es él mismo a
través de su gracia quien nos sustenta y nos guía, y es poderoso para
guardarnos sin caída como dice en Judas
1:24 Y a aquel que es poderoso para
guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran
alegría, esta es una maravillosa promesa de Dios, que nos da paz y la
seguridad de caminar cada día con Dios, pues el mismo Jesús dijo en, Juan 10:27-28 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y
me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las
arrebatará de mi mano. Esta es una gran verdad en la cual debemos estar
confiados y seguros, que él nos guardara hasta el fin, pero por otro lado también
debemos entender que la misma palabra dice que nosotros como sus hijos también debemos
permanecer, en Hebreos 2:3 dice ¿cómo
escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual,
habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los
que oyeron, de la misma manera como el Señor nos cuida, también nosotros
debemos diligentemente permanecer en todas las cosas que hemos aprendido de
Dios, en este punto digo algo, acerca de lo cual se ha discutido durante muchos
años en la iglesia, y es el hecho de si la salvación se pierde o no, después de
mucho estudiar y de mucho meditar acerca del tema, he llegado a la conclusión, que
la discusión de este tema no produce mucho fruto, muchas veces buscamos
respuestas absolutas, queriendo mantener nuestro ego doctrinal, la verdad es
que Dios no está preocupado en que nosotros sepamos si la salvación se pierde o
no, ni mucho menos está interesado que discutamos acerca de este tema en la
iglesia, ciertamente en este tema hay muchos puntos y opiniones encontradas,
pero a pesar de eso veo y considero firmemente en mi corazón que lo que Dios
busca es que nosotros como sus hijos simplemente obedezcamos y como dice este versículo,
permanezcamos en su palabra, colocando nuestra fe en ella, tanto en los versículos
que nos dan la seguridad de salvación eterna, como en aquellos que nos
advierten y nos animan a cuidar y permanecer en la salvación que nos ha sido
dada por gracia, debemos saber que más que buscar interpretaciones que se
adapten a mi doctrina teológica favorita, debemos es simplemente creerlos y
obedecerlos, sin buscar ir mas allá, pues cuando hacemos esto como nos dice
este versículo tendremos confianza en la venida de Cristo para que no nos
alejemos de él avergonzados.
Versículo 29
Si sabéis que él es
justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.
Este corto versículo es muy confrontante, el cual debemos
considerar con sumo cuidado y examinar nuestras vidas a la luz de él,
primeramente nos dice: Si sabéis que él
es justo, es decir si tenemos el conocimiento de la justicia que hay en Jesucristo,
del carácter de su santidad, que él es puro en toda su naturaleza, que en él no
hay ningún pecado, ni injusticia, si todas estas cosas acerca de carácter y la
santidad de Cristo, las tenemos siempre presente en nuestros corazones, también
debemos entender que, las personas que se comportan de esta manera son las
nacidas de Dios, en este punto una vez más debemos examinar nuestro caminar, si
verdaderamente estamos andando en su justicia, si nuestras acciones hacia los demás
son justas, entendiendo el hecho de que estamos siendo perfeccionados y que
estamos creciendo en esa santificación, pero sin tomar esto como pretexto para
excusar nuestra real condición ante Dios y engañarnos a nosotros mismos
diciendo que tenemos la salvación cuando nuestros hechos demuestran lo
contrario, muchas personas al saber esta verdad, sienten el deseo de buscar
obras de justicia por sus propios medios para poder sentir la falsa
tranquilidad de que como están haciendo justicia a través de sus obras, son
justificados ante Dios por ellas, creyendo así que son nacidos de nuevo, pero
es bien importante aclarar que todas nuestras obras de justicia no nacen de
nuestro esfuerzo carnal, sino de nuestra relación con Dios, las obras de
justicia según Dios, nacen por la gracia de Cristo obrando en nosotros a través
de la fe, pues por fe andamos no por vista, dice la palabra de Dios, y ese
andar es hacer las obras que el preparo de antemano para que anduviésemos en
ellas, que nacen a través de la comunión íntima con nuestro padre, al colocar
nuestra fe en el poder de Dios para poder realizarlas, concluimos que si estás
haciendo estas cosas verdaderamente eres un hijo de Dios.
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