Capitulo 4
Versículo 1
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de
Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
En este punto el apóstol Juan nos
vuelve a tocar el tema de los falsos maestros y el anticristo, y nos recuerda
el hecho de que existen falsos maestros cuyo único objetivo es engañar, debemos
entender que el contexto histórico bajo el cual Juan escribió este texto era
bastante complicado, ya que el gnosticismo estaba tomando mucho auge en la
iglesia, y Juan toma la responsabilidad de corregir dicha doctrina que negaba
aspectos muy importante en cuanto a la persona de Jesús, en este versículo
comienza a advertirnos acerca de los espíritus, no se está refiriendo a una
manifestación extra sensorial ni mucho menos, sino a personas que dicen hablar
inspirados por el Espíritu Santo,
muchos falsos maestros hay en el mundo que se dicen ser siervos de Dios y hablar la palabra de Dios, pero de una manera distorsionada y engañosa, por esta razón el Juan nos insta a probar a cada uno de los maestros que escuchamos, pero no para juzgarlos a ellos, sino más bien a su doctrina si verdaderamente viene de Dios, esto nos debe traer un pensamiento muy serio a nuestros corazones, y es que no debemos comer todo entero, muchas veces escuchamos a X o Y predicador y no examinamos sus predicaciones a la luz de la biblia sino que las tomamos como ciertas solamente porque es alguien reconocido, he escuchado a muchas personas decir pero es que tal enseñanza es correcta porque se la escuche a este famoso predicador y eso no quiere decir que sea bíblica al 100%, hay una persona que siempre me gusta probar lo que dice, lo que enseña y lo que predica, para saber si esta en lo correcto o no, e intento ser muy rudo a la hora de juzgarlo, y ese soy yo mismo, pienso que este versículo a los primeros que lo deberíamos aplicar es a nosotros mismos, pues antes de quitar la paja en el ojo ajeno procuremos primero quitar la viga de nuestro ojo, por eso debemos analizar muy concienzudamente nuestra doctrina a la luz de la revelación que da el Espíritu Santo de la palabra, a ver si estamos en la verdad, para no llegar a ser nosotros mismos los falsos maestros.
muchos falsos maestros hay en el mundo que se dicen ser siervos de Dios y hablar la palabra de Dios, pero de una manera distorsionada y engañosa, por esta razón el Juan nos insta a probar a cada uno de los maestros que escuchamos, pero no para juzgarlos a ellos, sino más bien a su doctrina si verdaderamente viene de Dios, esto nos debe traer un pensamiento muy serio a nuestros corazones, y es que no debemos comer todo entero, muchas veces escuchamos a X o Y predicador y no examinamos sus predicaciones a la luz de la biblia sino que las tomamos como ciertas solamente porque es alguien reconocido, he escuchado a muchas personas decir pero es que tal enseñanza es correcta porque se la escuche a este famoso predicador y eso no quiere decir que sea bíblica al 100%, hay una persona que siempre me gusta probar lo que dice, lo que enseña y lo que predica, para saber si esta en lo correcto o no, e intento ser muy rudo a la hora de juzgarlo, y ese soy yo mismo, pienso que este versículo a los primeros que lo deberíamos aplicar es a nosotros mismos, pues antes de quitar la paja en el ojo ajeno procuremos primero quitar la viga de nuestro ojo, por eso debemos analizar muy concienzudamente nuestra doctrina a la luz de la revelación que da el Espíritu Santo de la palabra, a ver si estamos en la verdad, para no llegar a ser nosotros mismos los falsos maestros.
Versículo 2
En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que
Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;
En este versículo el apóstol Juan
nos da una pauta para poder probar y reconocer que maestros hablan por el
Espíritu Santo y cuáles no, para muchos sería una afirmación muy simple y obvia
decir que Jesús vino en carne, pero lo que eso implica es mucho más profundo e
importante de lo que parece, intentare explicar a grandes rasgos que significa
que Jesús ha venido en carne. Primero que todo si reconocemos esta verdad,
estamos diciendo que Jesús hizo el acto de humildad más grande en la historia de
la humanidad, ya que siendo Dios haciéndose hombre, se constituiría en una gran
humillación para él mostrando de esta manera su gran amor por nosotros, una
humanidad pecadora y perdida, el hecho de que Jesús vino en carne, nos habla
acerca de su identificación con el hombre, se hizo como nosotros para poder
sentir lo que nosotros sentimos, experimentar nuestras propias tentaciones,
sufrir nuestras debilidades, para llegar a ser un sumo sacerdote que pueda compadecerse
de nosotros, pero lo más importante es que el venia en representación del
hombre ante Dios, es decir, el tomaría nuestro lugar de juicio, y la única
manera para que pudiese tomar ese papel era haciéndose hombre y viniendo en
carne a la tierra, pues los hombres fuimos los que pecamos contra Dios, y solo
un hombre que hubiese vivido una vida sin mancha, sería el único apto para
redimirnos, solo un hombre en carne y hueso seria el sacrificio apto ante Dios,
confesar que Jesús ha venido en carne, es reconocer la obra redentora de Cristo
por nosotros y que solamente él pudo darnos la salvación de nuestros pecados.
Versículo 3
Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no
es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído
que viene, y que ahora ya está en el mundo.
Ahora en el caso contrario, la
gravedad de negar que Cristo ha venido en carne, implica negar la obra de
Cristo y la salvación de la humanidad a través de ese sacrificio, es decir, si
alguien tiene tal creencia no solamente es una persona no salva, sino peor aún,
es un enemigo del evangelio y como el mismo Juan nos dice: es un anticristo, ya
que se opone a la obra redentora de Jesús, y sabemos que el anticristo es un
espíritu que está en el mundo el cual se opone a Jesucristo, ya sea
suplantándolo o negándolo u oponiéndose a él, si bien el anticristo es aquel
personaje que nos narra la biblia, un ser humano poseído por el mismo diablo
quien ha de sentarse en el templo de Dios haciéndose pasar por Dios, en el
periodo de la tribulación, según nos habla muchas profecías acerca de los
últimos tiempos, también son personas que tienen una falsa doctrina que se
opone a la revelación bíblica que Dios dio a través de los profetas y
apóstoles, cuyo objetivo es engañar y desviar a las personas del camino a
Cristo.
Versículo 4
Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es
el que está en vosotros, que el que está en el mundo.
Este es un versículo muy popular
en los cristianos, el cual confesamos cuando estamos enfrentando retos a nivel
secular, es un versículo que nos da fuerza, fe y esperanza en medio de nuestras
pruebas, al reconocer la grandeza del poder de Dios que está en nosotros, si
bien este versículo lo podemos aplicar en dichas circunstancias, según el
contexto de lo que Juan nos viene hablando no se refiere exactamente a eso, él está
haciendo una diferencia entre el espíritu del anticristo y el Espíritu Santo,
nos dice que el espíritu del anticristo está moviéndose en los falsos maestros
a través de sus falsas enseñanzas, las cuales tienen poder para engañar, pero
nos recuerda que el Espíritu Santo, que él ha hecho morar en nosotros, es más
poderoso que todo espíritu de engaño, cuando Juan afirma “Sois de Dios” es una declaración
poderosa, pues el simple hecho de ser hijos de Dios ya nos hace más que vencedores,
pues tenemos al Espíritu Santo dentro, el cual verdaderamente nos trae la
victoria, por eso nos recalca que aunque ellos tienen poder, jamás se compara
al poder que tenemos por el Espíritu de Dios, pues él es mayor que cualquier
cosa, y eso implica que es solamente él, el que nos enseñara las sanas palabras
y la doctrina correcta, para que nuestra fe este fundamentada en la verdad de
la palabra y no en el engaño, verdaderamente esa es nuestra victoria, tener al Espíritu
Santo que nos enseña correctamente la palabra de Dios.
Versículo 5
Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye
Ahora aquí Juan nos da una declaración
que debemos tener muy en cuenta, aunque muchos de esos maestros están activos
en la iglesia, debemos entender que aunque tengan la etiqueta de cristianos y
puedan hablar el mismo lenguaje evangélico, según este versículo ellos son del
mundo, ahora también es cierto que hay muchos sobre todo las sectas, que son
abiertamente declaradas anti bíblicas y aunque nombren a Jesús en sus enseñanzas,
eso, por ningún motivo las hace cristianas, siguen siendo del mundo, y lo que
Juan nos dice es que sus enseñanzas no están basadas en un fundamento
espiritual, o tienen un origen netamente bíblico y Cristo céntrico, sino por el
contrario estas enseñanzas tienen en su esencia contenido mundano que guía a la
gente a amar más al mundo, y es por eso que los únicos que se sienten
plenamente identificados con este tipo de enseñanzas son las personas del mundo,
es decir las que no son nacidas de nuevo, ya que un verdadero cristiano siempre
buscara nutrir su espíritu y crecer para con Dios, que poner sus ojos únicamente
en las cosas del mundo, una de las maneras que también que podemos identificar
a un falso maestro, es aquel que continuamente habla de las cosas del mundo y
deja a un lado el sentido espiritual de la palabra, debemos ser muy cuidadosos
porque de ellos hoy en día están llenas muchas iglesias.
Versículo 6
Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de
Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de
error
En este versículo debemos ponerle
un sentido muy literal a lo que el apóstol Juan está diciendo, primeramente nos
recuerda quienes somos, nos dice que le pertenecemos a Dios, que somos sus
hijos, que hemos nacido de nuevo, y eso nos da el privilegio de decir que
conocemos a Dios, ahora los que conocen a Dios dice Juan “nos oye” esa frase es
muy importante, porque en este contexto se está refiriendo a él y a los apóstoles,
sabemos que la iglesia está formada bajo el fundamento de la enseñanza de los apóstoles
como dice en Efesios 2:20 edificados sobre el fundamento de los
apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo. Cuando
Juan dice “nos oye” se esta refiriendo a escuchar y seguir la doctrina que Dios
le revelo a los apóstoles tanto a los 12 que anduvieron con Jesús, como a Pablo
y otros que fueron igualmente usados por Dios para traer el fundamento
doctrinal a la iglesia, el punto es que en este momento histórico cuando Juan
escribe esta carta muchos falsos maestros se levantaros enseñando lo contrario
a lo que los verdaderos apóstoles del Señor enseñaron, si nosotros nos
conformamos a las palabras que fueron reveladas a través de estos hombres nos
entregamos a esa enseñanza y la tomamos como cierta obedeciéndola, estamos
manifestando que somos de Dios, porque si no somos de Dios, siempre
cuestionaremos y razonaremos la verdad bíblica, sacándola de su contexto y no
nos someteremos a ella, por eso Juan nos dice que esta es la prueba para
conocer el espíritu de la verdad y el del error, en el sometimiento a la enseñanza
de los apóstoles.
Versículo 7
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel
que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
Todos a estas alturas sabemos que
el amor no es una emoción, es una decisión, pero aún más allá debemos ver el
amor como un mandamiento, el más importante en la biblia, solo superado por el
amar a Dios, Juan nos recalca una vez más en esta carta el amor, primero nos
recuerda que somos amados, no solo por él, sino sobre todo por Dios, nos dice
que la razón por la cual debemos amar es porque el amor nace en Dios, y alguien
que ha nacido de nuevo tiene el amor de Dios dentro, por eso el amor es la
prueba de que somos hijos de Dios, pero aquí nos muestra algo un poco más
profundo que al leerlo lo tomamos a la ligera, pero esto nos puede dejar una
enseñanza muy profunda en nuestros corazones, Juan nos afirma que el que ama
conoce a Dios también, esto me lleva a reflexionar, que entre más nos
sumergimos en el conocimiento de Dios, tendremos una mayor capacidad para poder
amar a los demás, pues al conocer a un Dios cuya esencia pura es el amor,
tomamos su ejemplo para poder amar a los demás, si un cristiano le cuesta
trabajo amar, es porque quizás su conocimiento de Dios es muy limitado, y no ha
madurado lo suficiente. Si queremos verdaderamente cumplir el gran mandamiento
de amar a los demás, debemos primero cumplir el primero y más importante de
todos y es amar a Dios sobre todas las cosas, dedicándole nuestro amor y
devoción a él es que podremos conocerle profundamente y así llegar a ser un
reflejo de su amor al mundo.
Versículo 8
El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
Hay un hecho inevitable en la
vida de un verdadero hijo de Dios, y es el amar, ese es el sello de un
cristiano amar a quien lo rodea, y no es
un amor nacido de un esfuerzo humano, sino un amor que fluye del corazón, que
surge espontáneamente, con el deseo de servir y bendecir a los demás, Juan nos
dice que si alguien que dice conocer a Dios no ha experimentado este amor, tal
persona no es de Dios, si conocemos a
Dios verdaderamente vamos a amar, y la razón que Juan nos da para esto
es una de la revelaciones de Dios más grandes que la biblia nos muestra, y es
que “Dios es amor”, pero qué significa esto, que relevancia tiene para nuestras
vidas saber que Dios es amor, sabemos los atributos de Dios, omnisciente,
omnipresente, omnipotente, sabemos que él es Santo, y puro, que él es justo,
pero el atributo de Dios que más nos afecta directamente es el hecho de saber
que él es amor, pues aunque suene humanista pero es una gran verdad, nosotros
somos el objeto de su amor, entendiendo primeramente que sobre todas las cosas
él se ama así mismo, Dios no puede colocar por encima de él a nadie, pues eso
sería idolatría y Dios no es idolatra, pero después del amor a el mismo, el
objeto de su amor somos nosotros, aún más que los ángeles, si vemos lo que la
palabra de Dios dice en Hebreos 2:16 Porque ciertamente no socorrió a los ángeles,
sino que socorrió a la descendencia de Abraham. Su afecto por nosotros es
superior a la de las huestes celestiales, si notamos, si omnipotencia, su
omnisciencia, omnipresencia, nos muestra su poder y gloria, su santidad, lo
coloca por encima de nuestra debilidad y pecado, su justicia nos da lo que
merecemos, pero su amor es el que nos alcanza, el que nos acerca a él, el que
nos da misericordia, el que nos reconcilia, tenemos que ver que este punto ha
sido sumamente abusado por muchos, tirando cada cual a su conveniencia, muchos
sectores del cristianismo, se ha atrevido a decir, que Dios aborrece al
pecador, lo cual es algo que no tiene fundamento bíblico sustentable a la luz
del nuevo testamento, constantemente se confunde el hecho de que Dios este
airado con el pecador, (que si es bíblico) con el hecho de que Dios odie al
pecador, sé que es un tema que requiere mucho espacio para ser explicado pero
bajo este contexto no podemos, solo quería hacer notar que muchos consideran el
hecho de que Dios es amor como algo ofensivo, decir que Dios ama aun a sus
enemigos, es algo que a muchos no les cabe en la cabeza, y les cuesta trabajo
aceptarlo, también tenemos por otro lado muchas personas que abusan del hecho
de saber que Dios es amor, pensando que pueden vivir sus vidas llenas de
pecado, no sometiéndose a su voluntad, sino por el contrario, haciendo lo que
se les antoja, pensando de que como Dios es amor, él está de acuerdo con su
estilo de vida, piensan que el amor de Dios es una licencia para pecar, pues
piensan que finalmente, por su gran amor Dios jamás los enviaría al infierno, y
simplemente los enviara al cielo porque si, y ya, tal pensamiento es satánico y
diabólico, y nada más alejado de la realidad el pensar de tal manera, pues
aunque Dios es amor y ame al pecador, si este no se arrepiente y cree de
corazón en Jesús, con todo Dios lo enviara al infierno, pues Dios es también
santo y justo, pero vemos el amor de Dios constantemente moviéndose a rescatar
una humanidad perdida, así como dijo alguna vez el apóstol Pablo en 2 Corintios 5:20 Así que, somos embajadores en nombre de
Cristo, como si Dios rogase por medio de
nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. El
deseo del corazón de Dios es la salvación del hombre, que este se arrepienta y
crea, pues la esencia más pura de su ser es amor, y lo más sorprendente, un
amor hacia una humanidad que no se lo merece.
Versículo 9
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió
a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
En el análisis del versículo
anterior, decía que uno de los aspectos más importantes de las atributos de
Dios que más afecta al ser humano es el amor de Dios, pero es un amor que no
solo se quedó en palabras, como muchas veces pasa con nosotros, que decimos que
amamos a alguien, pero a la hora de demostrar ese amor nos quedamos cortos,
pero así no es con Dios, él no solo se limitó a decirnos que nos amaba, sino lo
demostró de la manera más gloriosa y grande, como dice este versículo, enviando
a su hijo unigénito al mundo, el sacrificio y la muerte de Jesús es el más
grande acto de amor que Dios ha tenido hacia el hombre, pues nosotros,
justamente condenados a una eternidad en el infierno, por nuestro pecado y
maldad, Dios sacrifica a su propio hijo, lo más amado, para rescatar a una
humanidad pecadora, enemiga de Dios, ¿qué hay más grande que eso?, ese acto de
amor nos conquistó y nos rescató para toda la eternidad, a aquellos que por su
gracia, nos hemos arrepentido y creído, y Juan, nos recalca y recuerda que el
propósito de la obra de Jesús en la cruz para con nosotros es que vivamos por
él, que ya, el propósito de nuestras vidas no sea buscar nuestra propia
felicidad, sino por el contrario, con cada acto de nuestra vida hacerlo feliz a
él, que en cada cosa que hagamos este él presente, glorificándolo con nuestras
acciones, con nuestros pensamientos, debemos entender que nuestra vida no es
nuestra, somos de él, vivimos para él, pues él nos compró con el más alto
precio que se podía pagar, su propia sangre, esto nos debe llevar a reflexionar
y pensar si como cristianos estamos viviendo una vida agradable a él en todo lo
que hacemos.
Versículo 10
En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino
en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros
pecados.
En este versículo Juan nos
muestra de que se trata el amor, nos aclara una verdad muy grande, que es de
gran bendición para nuestras vidas. Lo que nos muestra este pasaje es; que el
amor de Dios hacia nosotros no depende de nuestro amor hacia él, no podemos
decir que si yo me esfuerzo por amar más a Dios, Dios me va amar más a mí, pues
este versículo nos muestra que el amor de Dios por nosotros viene antes de que
nosotros lo empezáramos a amar, por eso
no creo tal cosa como de que Dios aborrezca al pecador y cuando este se
convierte es cuando Dios lo empieza a amar, como hoy en día en algunos círculos
cristianos se predica, este versículo nos muestra la verdad del amor de Dios,
Dios nos ama a pesar de nuestros pecados y fallas, aunque eso no quiera decir
que él esté de acuerdo con el pecado, ni que lo respalde ni apoye, ni mucho
menos que recibamos la consecuencia de nuestros pecados si no nos arrepentimos,
el hecho de que Dios nos ame a pesar de todos nuestros pecados, fallas y
debilidades, quiere decir que él siempre estará allí para perdonarnos y
restaurarnos, si con un corazón humilde llegamos a su presencia en
arrepentimiento, la prueba de todo esto es lo que dice la última parte de este
versículo y es que “él envió a su Hijo en
propiciación por nuestros pecados.” Jesucristo es la razón por la que el
Padre nos puede amar, ya que sin Cristo todos estaríamos condenados a una
eternidad en el infierno, pero gracias a que Jesús murió y resucito como
propiciación a nuestros pecados, es que tenemos esperanza de ser perdonados, de
tener vida y eterna salvación, mucha gente se pregunta, cuantas veces Dios me
va a perdonar, la respuesta es muy sencilla, gracias a su amor tan grande
mostrado en aquella cruz al enviar a su hijo a morir por ti, él te perdonara
las veces que sean necesarias.
Versículo 11
Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos
a otros.
Mirando con detenimiento el versículo
anterior, podemos notar la predisposición del amor de Dios para con nosotros,
primeramente ver que Dios nos amó cuando éramos pecadores, no cuando lo
empezamos a amar, sino antes que le amaramos, y nos ama con un amor
incondicional demostrado, enviando a su hijo Jesucristo a morir en nuestro
lugar, ahora el reto que nos coloca el apóstol Juan es que observemos de qué
manera nos amó Dios para tomar un ejemplo, y de esa misma forma también amar a
los demás, y esto quiere decir que debemos amar a las personas que nos rodean
no porque ellas nos amen, o porque sean de alguna manera amables con nosotros,
debemos amarlos sin ninguna condición, como seres humanos limitamos nuestro
amor a aquellas personas que de una u otra manera son dignas de recibir nuestro
afecto, pero lo que este versículo nos enseña es precisamente lo contrario, que
así como Dios nos amó cuando éramos terribles pecadores que ofendíamos a Dios,
de la misma manera tenemos que amar a aquellos que aún nos han hecho daño, que
nos han ofendido, con la misma intensidad con la que amamos a aquellas personas
que consideramos dignas de nuestro amor. Sé que esto suena difícil, y realmente
es difícil por no decir imposible para alguien que no tiene el Espíritu Santo
dentro de su vida, pues es por el poder del Espíritu Santo que podemos llegar a
lograr tal cosa, y esto es una prueba fehaciente que somos verdaderos hijos de
Dios pues amamos como nuestro Padre ama.
Comentarios